miércoles, 26 de noviembre de 2008

"Nana" de Emile Zola

Ambientada en Paris a finales del siglo XIX, Nana describe un mundo agonizante, un mundo dominado en apariencia por la burguesía, pero donde las fortunas heredadas de la aristocracia siguen siendo las imperantes, arrastrando a la incipiente burguesia más a amasar fortuna para luego despilfarrarla más que en especulación e inversión.
Nana, cabaretera de los bajos fondos simboliza el cáncer de ese mundo.
Sin excesivos atributos como cantante ni encantos femeninos encandila a una sociedad parisina avida de ser arrastrada a la perdición. Todos los hombres caen a sus pies. Todas las mujeres la critican pero quieren hipocritamente compartir su conversación, realmente pobre por cierto.
La inteligencia vive ahora uno de sus periodos más infimos.
Esta señora traerá la ruina a todo aquel que se le acerque, económica y moralmente. Ni siquiera le apetecia ocuparse de su hijo, de padre desconocido.
Zola describe el mundo que le tocó vivir, un mundo de lamparas de gas nocturnas, olor a pescado podrido diurno, teatros decadentes y actores aún más- recuerdo al viejo bosc-, un mundo en que los pobres, cual termitas se aferran a los ricos y les chupan la sangre, y estos últimos, tan drogados de molicie y fruslería sólo buscan acabar suicida aunque inconscientemente con su modo de vida.
Esta degeneración es la que acabará desembocando en el estallido de la gran guerra de 1914-18

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