viernes, 26 de diciembre de 2008

"Meridiano de sangre" de Cormac McCarthy

Cormac McCarthy es todo un fenómeno. La película "No es país para viejos" le ha ayudado. Meridiano de sangre me pareció una novela brutal. Transcurre entre la frontera de EEUU y el norte de México. Habla de una época, mediados siglo XIX, pre civilizada, entendiendo civilizada como la ocultación de los humanos actos más inconfesables tras el muro que supone la privacidad. Sin que nadie se entere. Aqui no. Aqui la violencia está instalada en todo acto humano, no una violencia velada como en un mundo civilizado, sino directa. Si quieres algolo coges, mañana eso si tú serás la victima de otro deseo humano. Superviviencia en estado puro, sin más.
Un ejercito paramilitar de matones estadounidenses es contratado para matar indios, pero al final también se cargan a los mexicanos, y a todo lo que se ponga por delante que no sea blanco blanquísimo. Asistimos a un México de llanuras heladas, montañas nevadas, chacales y coyotes, donde los humanos tratan de sobrevivir. Lo tienen difícil.
Los protagonistas de esta explendida novela filosofan sobre tanta violencia, nada gratuita y se preguntan si es justo aprovecharse de su condición de fuertes por gracia de la naturaleza. Si no habrá alguna ley más justa, alguna moral. La conclusión es que la ley moral es una invención de los débiles para imponer su voluntad, no para igualar las fuerzas, sino para dar la vuelta a la tortilla. Una exigencia de discriminación positiva contínua. Si una cosa es injusta la otra no lo es menos.
Ya pasó la hora de los primeros

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