jueves, 4 de diciembre de 2008

"Una princesa en Berlín" de Arthur Solmssen

No suelo leer cien hojas de golpe, ya quisiera, pero con este lo hice. La alemania de entreguerras es una época fascinante,y considero "Una princesa en Berlín" uno de los libros que mejor retratan tal época.
Muy curioso, en una de las tomas de contacto del protagonista con el mundo obrero marxista, a la zona este de Berlín, conoce a ni más ni menos que a Bertolt bretcht.
Es la historia de un norteamericano que tras participar en la Gran guerra del catorce vuelve a Berlín a principios de la decada de 1920. Se rodeará con gente acomodada, pero también con personas con menos ingresos, con gente que cojeará de las más diversas ideologías, por supuesto sin ser citadas-nadie es de nada-. Será un partícipe neutral en mundo agonizante que cree que tiene esperanza- el mundo berlinés digo- donde será recipiente de multitud de confesiones, susurros y algún que otro grito desesperado.
Vemos una alemania en ruinas económica y moralmente. Industriales y banqueros, muchos de ellos judíos aunque no todos, aprovechan la crisis - ¿os suena? para ganar más dinero. Generan tal inflacción que el pan por la noche se compra con un billete 100000 veces el valor que el de la mañana anterior.
Paro, hambre, movilizaciones callejeras, Weimar es un evidente fracaso. La república democrática surgida de la paz de Versalles es una triste charada- sin dinero toda democracia es una charada; sin dinero todo lo es-. La democracia liberal, pues, agoniza, en las calles y la agitación es más que evidente.
Comunistas y Anarquistas amenazan al estado.
El estado liberal ve como su invento anestesiante, colocar a la socialdemocracia en el poder, a fracasado. Los obreros no comen, pues no pican el anzuelo.
Unos peligrosos bastiones nacionalistas amenazan el estado por la otra orilla ideológica desde Baviera. Hitler
El estado lo intenta pero es una marioneta de los ricos industriales, banqueros y de la torpe Sociedad Internacional de Naciones. El marco se devalúa y los alemanes se empobrecen por segundos
EL estado va a caer y sus dirigentes, las clases altas, deben decidir a quién le dejan el poder para impedir la anarquía. A los comunistas o a esa incognita con bigote y flequillo que seguro será maleado cuando se apoltrone en el poder
Cualquier cosa mejor que los comunistas,piensan.
Pues ya ves


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